Gazpacho receta

Por Pedro Losada

El gazpacho es uno de los entrantes veraniegos más famosos que existen dentro de la cultura gastronómica. El más famoso de todos es el gazpacho andaluz, pero siendo cosa curiosa, el gazpacho no es plato típico que vería su nacimiento allí. El gazpacho proviene de las islas canarias, y con el tiempo ha sido la costa mediterránea la que acogió el plato haciendo muchas variaciones sobre él.  Además de existir una variación de gazpacho que se toma en caliente, como es el gazpacho manchego. El cual a diferencia del gazpacho más tradicional, este además lleva carne. Hoy en día es un plato que no debe faltar dentro de los menús veraniegos, y además tiene una base sólida con el que se puede experimentar y hacerte tu propio gazpacho. El gazpacho es un plato rico en vitaminas A, C, y E. Aquí abajo os dejo una pequeña visión sobre este plato. Disfrútenlo…

1/5 kilo de tomates.

1 pepino.

1 pimiento verde.

1 pimiento rojo.

1 cebolleta mediana.

1 diente de ajo.

Aceite.

Vinagre

Sal y Pimienta.

Orégano  y perejil molido.

Preparación:

Se pelan los tomates y el pepino. Se trocean todos los ingredientes, y se introducen dentro del vaso de la batidora. La introducimos agua hasta tres cuartos del vaso, le introducimos también una taza pequeña de aceite de oliva, y dos cucharadas de vinagre. La ponemos una cucharada pequeña de sal, una pizca de pimienta negra, una cucharada pequeña de orégano y otra de perejil molido. Cerramos el vaso y lo dejamos batir unos dos minutos a una velocidad media.

Una vez ya batida sacamos el gazpacho del vaso de la batidora y lo ponemos en una jarra o mismamente en una botella de cristal y la introducimos en el frigorífico durante un par de horas.  Después la puedes servir en unos tazones o en vasos pequeños. Con unos trozos pequeños de pepino para decorar, también se puede poner alguna hoja de cilantro, o hierva buena para que de un aroma mucho más apetitoso.

Consejos:

¿Cómo podemos pelar los tomates aprovechando mucho mejor el producto?

Lo que haremos es poner a calentar una cazuela con agua. Al mismo tiempo tenemos que tener otro recipiente con agua bien fría. Cuando esta rompa a hervir la apartamos del fuego. Cogemos los tomates, les hacemos unas muescas en forma de v por varias partes del tomate y lo introducimos en el agua hirviendo durante unos segundos, después pasamos los tomates al agua fría y dejamos que reposen nada, un minuto. Después veréis como donde hemos hecho esas muescas la piel del tomate se ha despegado de él y empezamos a quitarla con las manos.

Esta es una forma muy sencilla, mucho mejor que la del congelado, pues de esa forma quitaremos muchas propiedades beneficiosas que tiene el tomate y no respeta nada el producto.